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sábado, 13 de febrero de 2010

Bahia Blanca: Reclamos, gritos y demoras por un tren que no salía

Un sorpresivo paro de empleados de Ferrosur-Roca en Olavarría motivó que, después de duros cruces verbales, saliera con más de dos horas de retraso.

Pasajeros increpan a uno de los directivos de la estación. (Alberto Blanco-LNP)

Con un retraso de dos horas y seis minutos, que incluyó momentos de tensión entre empleados, pasajeros y personal policial, la formación de siete vagones del Ferrobaires pudo salir recién a las 21.41 por la vía del andén 1 de la estación Bahía Blanca, con destino final en la ciudad de Buenos Aires.
Sin embargo, de las casi 700 personas que iban a viajar originalmente rumbo a Sierra de la Ventana, Olavarría, La Plata y Constitución, sólo partieron unas 350.
El resto se fue de la estación ubicada en avenida Cerri entre gritos amenazantes y caras preocupadas, con el convencimiento de que el conflicto sindical se prolongaría durante toda la noche.
El problema estalló a las 19.10, cuando un rumor circuló con velocidad a lo largo de toda la terminal: por problemas salariales, el personal de dirección de Ferrosur-Roca de la estación Olavarría había decidido clausurar el paso de las vías a todas las formaciones, fueran de carga o línea.
Algunos pasajeros, inquietos, se amontonaron delante de la ventanilla de venta, exigiendo respuestas. Y ante la falta de explicaciones concretas del boletero, comenzaron a insultar y amenazar a cualquier persona con aspecto ferroviario.
Los nervios se contagiaron a la gente que esperaba en el andén, y los pocos efectivos apostados, que esperaban un viernes de rutina, tuvieron que solicitar refuerzos de la comisaría Primera, al ver que la situación corría riesgo de desbordarse.
Mientras se multiplicaba el malestar, en la oficina de la Unión Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial (UEPFP) comenzaron a cruzarse llamados entre Bahía Blanca, Olavarría y Constitución, intentando coordinar alguna respuesta que pudiera calmar a los pasajeros.
Pero justo en ese momento empezaron los gritos.

Vía muerta
"¡Nos van a tener que dar alojamiento y comida, h... de p...!", gritaba Inés, en medio de una multitud que exigía saber por qué el tren no había salido.
"La empresa debe responder de alguna manera", dijo Adriana, una docente de La Plata que tenía pactada una reunión en su ciudad, para la tarde del sábado.
"Nadie nos dice qué está pasando. Tengo que llegar a Buenos Aires al mediodía, para viajar al Paraguay en micro, y no sé cómo voy a hacer para llegar", explicaba Rossana, cerca de las lágrimas.
En ese momento, se supo que Ferrobaires estaba dispuesta a devolver el monto de cada pasaje --con precios comprendidos desde 40 a 60 pesos--, ya que consideraba que el tema se encontraba fuera de su jurisdicción.
"¿Y qué c... hago con los 50 pesos? ¿Dónde voy a dormir y comer? Si el tren no sale, tienen que darnos micros para volver", vociferaba Enrique, quien estaba por primera vez en la ciudad y había sacado su pasaje diez días atrás.
"¡Voy a ir a dormir a tu casa, la c... de tu m...!", gritaba otro más, sumándose al coro de insultos.
Un empleado de UEPFP, al pasar por detrás del grupo de pasajeros exaltados, masculló: "Por culpa de estos h... de p... de Ferrosur, nosotros tenemos que poner la cara".

Tren fantasma
"En 25 años de hacer este recorrido nunca me pasó algo así, pero supongo que la gente de la central de Olavarría tendrá sus razones", señaló José, el maquinista bahiense.
Parado en una de las escaleras laterales de la locomotora desteñida, sus palabras se perdían por el sonido del motor diesel. Pero esa molestia era lo único que sostenía la ilusión de que el viaje podría realizarse.
Cerca de las 20, con cuatro patrulleros estacionados en la puerta de la estación, dos nuevos rumores se propalaron entre los pasajeros y sus familiares: el tren recién saldría el domingo a las 13 y personal de Defensa Civil llegaría con soluciones de alojamiento y comida para aguardar hasta entonces.
Sin embargo, en las oficinas de la UEPFP se mantenían ásperas negociaciones telefónicas entre la gente de Ferrobaires y de Ferrosur-Roca. O mejor dicho, entre quienes manejan los trenes y aquellos que controlan las vías.
Un made in Argentina auténtico.

Luz verde
"Nos enteramos a las 19 de que, a las 18, se había decretado un paro. Estamos totalmente sorprendidos. Sólo sabemos que están reunidos en Olavarría, discutiendo", decía Carlos Constantino, jefe del Departamento local de Ferrobaires.
Los gritos de fondo seguían y la hija de un pasajero se trepó a la vieja campana de la estación para hacerla sonar con inocencia, sin suponer que eso podía exaltar a los más furiosos.
Luego de algunas corridas que hicieron temer una batalla campal, la policía logró bajar la sensación térmica a último momento, al ofrecer algunas explicaciones de lo que estaba pasando en Olavarría.
Recién a las 20.35 se confirmó que el tren saldría a las 21. Entre los aplausos, pudo escucharse la voz de Virginia: "Esto lo logramos entre todos, si no armábamos q... el tren no salía".
Tuvieron que pasar otros 41 minutos desde la hora señalada para que la bocina de la locomotora anunciara el comienzo de la travesía, con destino a Constitución.
¿Con destino a Constitución?
"Tenemos vía libre hasta Grünbein, después veremos qué pasa", deslizó un empleado de la estación, una vez que el último vagón se perdió en la distancia.
La lluvia, por primera vez en meses, no fue la noticia de la jornada.


Fuente: La Nueva Provincia

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