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domingo, 15 de julio de 2012

La Región necesita la modernización del servicio de trenes a Constitución

La anunciada habilitación el próximo lunes de un servicio rápido de trenes de La Plata hacia Constitución que unirá las estaciones en 55 minutos, con dos salidas diarias en horas de la mañana y los trabajos de renovación de vías en el tramo entre City Bell y Villa Elisa constituyen dos buenas noticias, aún cuando siguen siendo endémicas y muy ostensibles las deficiencias y limitaciones que deben enfrentar quienes viajan en tren entre las dos capitales. Como se ha dicho, merece por cierto mencionarse la intención de que vuelvan a circular los trenes rápidos, sobre todo en horarios matutinos que es cuando muchos habitantes de nuestra zona deben dirigirse por razones laborales a la capital federal. En tal sentido, sería importante que el anuncio formulado por el ministro del Interior y Transporte de la Nación se viera completado, en el menor plazo posible, por la información de que también se habilitará un servicio similar en sentido contrario (Constitución - La Plata) durante la tarde. De todos modos, en el caso de nuestra región -y tal como se lo viene señalando desde hace varias décadas en este diario, reflejándose el reclamo de las fuerzas vivas-, existe una limitación ya histórica, consistente en la no concreción de las obras de electrificación del ramal La Plata-Constitución , una iniciativa cuyos muy pretéritos antecedentes se remontan a más de ochenta años atrás, transcurriendo desde entonces una serie de postergaciones que tradujo con elocuencia la mayúscula inoperancia con que manejaron este tema muchas de las administraciones que se sucedieron, especialmente, a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Es de sobra conocido que el servicio que prestó el entonces Ferrocarril Roca, hasta la década del ‘50, resultó eficiente, con trenes locales, rápidos o semirrápidos que facilitaron el traslado seguro y puntual de miles de personas que diariamente viajaban entre las dos capitales. Pero, lamentablemente, el ferrocarril comenzó a perder gravitación y quedó relegado a fines de la década del ‘60, cuando se privilegió el desarrollo automotor como el principal transporte público de pasajeros y de cargas. Más allá de los intentos posteriores, en especial a partir de la privatización del servicio ferroviario que alcanzó, en un primer momento y sólo fugazmente, a convocar el regreso de miles de usuarios, el tren siguió decayendo, demorándose tanto la renovación del material rodante como -en el caso del ramal por vía Quilmes- la electrificación que, en cambio, sí favoreció a otros itinerarios en claro perjuicio de la capital del primer Estado. El explosivo crecimiento del parque automotor, que ha hecho que en muy pocos años la traza de la Autopista La Plata-Buenos Aires se encuentre atestada y en vías de un inminente colapso, urge para que se tomen firmes decisiones destinadas a modernizar y electrificar el servicio ferroviario que une a nuestra ciudad con la de Buenos Aires. Tal como se ha dicho anteriormente en esta columna, carece de toda explicación y justificación que una ciudad con las características de La Plata -capital de la provincia más importante del país, nacida como producto de una visión política de vanguardia y provista de modernos centros de atracción- continúe relegada en la ejecución de una obra que no es compleja y que, según los especialistas, ni siquiera sería excesivamente costosa.

Fuente :El Dia

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