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lunes, 1 de agosto de 2011

Cobran vida las viejas estaciones del ferrocarril

Vecinos de diferentes localidades se encargan de reconvertir antiguas paradas en espacios culturales cada vez más convocantes. Los casos de Circunvalación, Meridiano V, Angel Etcheverry, José Hernández y Joaquín Gorina. La conversión de estaciones ferroviarias abandonadas en espacios comunitarios es un fenómeno que avanza en nuestro país desde hace varios años, impulsado por la voluntad vecinal de no condenar al olvido y la devastación construcciones que albergaron sueños, bienvenidas y adioses, marcando el pulso social y comercial de los barrios y los pueblos. La Plata no es ajena a esta tendencia: Circunvalación, Meridiano V, Angel Etcheverry, José Hernández y Joaquín Gorina albergan hoy proyectos convocantes y multidisciplinarios. De la treintena de paradas ferroviarias que existieron en el distrito, media docena permanece afectada al servicio activo; otras desaparecieron -La Cumbre, Esquina Negra, Melchor Romero- o se hallan muy deterioradas. Un puñado recuperó el viejo brillo a partir de nuevas luces. Por su historia y magnitud, el caso de la estación La Plata del ferrocarril Provincial al Meridiano V es paradigmático. Desactivada a inicios de los años '60, y abandonada durante décadas, volvió al centro de la escena barrial en 1998 cuando la Junta Vecinal impulsó talleres entre los vecinos para hablar del futuro. Todos pidieron el regreso del tren, pero no vieron con malos ojos que "mientras tanto" funcionara allí un centro cultural abierto a la comunidad. Ratas, murciélagos, escombros, filtraciones, polvo y basura cedieron ante los voluntariosos vecinos, que en su trabajo a pulmón fueron acompañados por un grupo de estudiantes que adoptó el barrio como propio y se encargó de la faz operativa del proyecto. Hoy la esquina de 17 y 71 es epicentro de una pujante escena artística y recreativa, con recitales, muestras, talleres para chicos, feria de diseñadores independientes. El crecimiento se ve reflejado en los comercios: hace doce años, sólo perduraba un par de bares emblemáticos, y ahora rondan la decena. A pocos metros de allí, sin ser una estación propiamente dicha pero sí una instalación ferroviaria de jerarquía, el Galpón de Encomiendas y Equipajes de 18 y 71 suele albergar actividades propuestas por el colectivo multidisciplinario La Grieta. ETCHEVERRY. La centenaria estación ferroviaria de Angel Etcheverry, ubicada en 52 y 229, también permaneció durante décadas en un limbo de creciente deterioro, uso esporádico y proyectos efímeros, más allá de las tradicionales carreras de sortijas de cada comienzo de mes. Pero en junio pasado, un grupo de artistas de la localidad -con el visto bueno del Centro Comunal- se puso como meta generar allí un espacio cultural de uso comunitario con cursos, talleres y espectáculos periódicos. Laura Victoria Malek, integrante del colectivo autoconvocado de músicos, luthiers, artesanos y actores bautizado "Estación Cultural Etcheverry", señaló que "el recibimiento de la comunidad, tanto local como de Olmos, nos sorprendió; hay mucha avidez por la cultura y expectativa por la posibilidad de asistir a clases gratuitas de teatro, música, vitrofusión o plástica, entre otras disciplinas". CIRCUNVALACION. Al influjo de la cercana "Estación Provincial", vecinos de la barriada de Circunvalación crearon entre los andenes de 12 y 72 un ámbito que alberga cursos, kermesses, festivales y talleres; desde danzas árabes hasta títeres, desde música a dibujo, pasando por juegos para niños, ciclos de cine y cerámica. "La idea es generar un espacio de intercambio y creación, con una convocatoria amplia que fortalezca los vínculos sociales y aporte un valor agregado desde lo cultural" señalan los referentes del centro que apunta, como la mayoría de sus pares, a un modelo de gestión "horizontal" con más asambleas que estamentos jerárquicos. GORINA, HERNANDEZ Y ROMERO. Las paradas de Joaquín Gorina y José Hernández, ubicada en 511 y 132, también alojan habitualmente entre sus curtidas paredes jornadas comunitarias. En Hernández, además, las ONGs La Josefa, Ferroclub Tolosa y La Huella han organizado junto con la Comuna celebraciones populares como el Día de la Tradición, el de la Independencia o el Carnaval, con guitarreadas, danzas, paseos en zorra y "chocolateadas". En Melchor Romero, en cambio, el futuro de la parada ubicada en 517 y 171 -cuya fecha de inauguración fue adoptada como día de fundación de la localidad- sigue siendo una incógnita, a pesar del pedido de reconstrucción formulado a las autoridades por un grupo de entidades de la zona. Desde las fatídicas semanas del saqueo -entre el 25 de mayo y el 14 de junio de 2002-, todo lo que queda son ladrillos sueltos y rieles bajo la hierba. Un estudio coordinado por el arquitecto Jorge Tartarini, investigador del Conicet y especialista en preservación del patrimonio arquitectónico, contabilizó en 2003 cerca de 3.165 estaciones, paradas, apeaderos y empalmes ferroviarios. Una tercera parte se hallaba en uso y el 10 por ciento en ruinas; el resto se utilizaba como vivienda particular y para usos comunitarios. En la Región, la iniciativa más exitosa a la hora de combinar actividad cultural y reactivación ferroviaria es la que se desarrolla en Bartolomé Bavio; promovida por la ONG local "Por Nosotros", avanza en la implementación de un "ferrobus" o "microtren", vehículo híbrido que fabricaría el Instituto Nacional de Tecnología Industrial.



Fuente : El Dia

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