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miércoles, 4 de marzo de 2009

Mejoras en el Servicio del alcaico Ramal La Plata- Plaza Constitucion

El restablecimiento de los trenes semirrápidos entre las estaciones ferroviarias de La Plata y Constitución, la regularidad en la frecuencia, la reducción de tiempo del viaje, así como las reparaciones realizadas en algunos vagones y el reacondicionamiento de las vías, constituyen sin duda pasos positivos, aún cuando no agotan en absoluto la cantidad de medidas que hacen falta para devolverle al servicio ferroviario la calidad que tuvo y que debería incrementar en el futuro inmediato.
Tales referencias de desprenden de un extenso artículo publicado en este diario, que reflejó testimonios de autoridades de la unidad de gestión a cargo de la conducción del ramal y de pasajeros que diariamente viajan en tren y que aportaron críticas y datos muy valiosos.
Fueron precisamente estos últimos los que sostuvieron, admitiendo que el servicio ha mejorado, que aún faltan recambios en el material rodante e incrementar los niveles de comodidad y de seguridad, entre otros aspectos que merecen ser ajustados. Ello sin perjuicio de las reformas estructurales que -como la electrificación del servicio entre las dos estaciones- se reclaman desde hace varias décadas.
Tal como se señaló aquí en otras oportunidades, no está de más recordar que la generación de los mayores se acostumbró a viajar en el tren Roca, por la excelencia de un servicio que garantizaba puntualidad, seguridad y confort. Existían servicios rápidos -provistos de un inmejorable coche comedor- semirrápidos y locales, estos últimos con transbordo en Berazategui. El viaje entre las dos capitales en los servicios rápidos insumía poco más de cincuenta minutos y se está hablando de más de medio siglo atrás, con el uso de máquinas a vapor.
Sin embargo, aquel panorama varió sustancialmente hasta que se hizo abrupta la decadencia del ferrocarril, derivada de una inconcebible desidia, sumada seguramente a una sucesión de intereses y de despojos que hundieron a este vital medio de transporte en un inconcebible estado de deterioro.
Si bien la experiencia privatizadora generó expectativas en los primeros momentos, pues se produjo un retorno masivo de pasajeros, lo cierto es que concluyó en una lamentable frustración. Y volvieron a verse, como en años anteriores, vagones con las ventanillas rotas o directamente sin persianas, falta de higiene y de iluminación, asientos incómodos, retrasos en los horarios, estaciones descuidadas e inseguridad.
En momentos en que el resurgimiento del ferrocarril es un fenómeno que se registra en todo el mundo, las medidas arriba descriptas aplicadas en el ramal La Plata-Constitución, por pequeñas que puedan parecer las mejoras, resultan positivas y podrían verse correspondidas en muy corto plazo por un importante retorno de pasajeros a un servicio tan trascendente.
El menor precio comparativo de los pasajes, el desplazamiento más fácil de los trenes en lugares densamente poblados, son, entre muchas otras, ventajas intrínsecas que, sumadas al mínimo nivel de confort y de seguridad que los pasajeros reclaman, le podrían devolver al ferrocarril su prestigio, independientemente de la política de revalorización integral que requiere este medio de transporte en nuestro país. (Fuente: El Día)

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