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martes, 7 de febrero de 2012

Cuando funcione a pleno, el SUBE generará una caja de $ 120 millones

La plata que anticipan los usuarios es depositada en el Banco Nación. Cuando esté implementado en su totalidad, el SUBE (Sistema Unico de Boleto Electrónico) contará con una caja de alrededor de $ 120 millones, un dinero que en teoría estará inmovilizado en una cuenta del Banco Nación y que auditan los transportistas. El monto surge de calcular la cantidad de dinero que la gente carga en las tarjetas para pagar sus viajes en trenes, subtes y colectivos que circulan por el área metropolitana. El Gobierno prevé que con el correr del tiempo el sistema contará con 6,5 millones de tarjetas operativas (una por usuario), cuya carga promedio con las tarifas actuales ronda hoy los $ 18. El jueves pasado, el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, dio algunas pistas al indicar que hasta enero ya se habían repartido 7,2 millones de plásticos SUBE, de los cuales estaban en uso 4,2 millones. Y además informó que el depósito medio es de $ 16. La estadística, sin embargo, quedó incompleta, ya que faltan computar los 1,3 millones de tarjetas Monedero y lo que recauda el sistema implementado por Metronec, del grupo Roggio, y que coexiste con el boleto electrónico oficial. Con epicentro en el subte y el ferrocarril Urquiza, el usuario promedio de Monedero deposita $ 24. Así las cosas, el SUBE tiene un pozo de $ 98,4 millones ($ 67,2 millones del SUBE y $ 31,2 millones de Monedero), según pudo reconstruir Clarín de fuentes oficiales y empresariales. Los números comenzaron a fluir a partir de rumores que corrieron los últimos días en Internet y en las redes sociales y que generaron malestar en el Gobierno. Uno de los mensajes más difundidos hablaba de una supuesta recaudación de $ 500 millones (cifra que surgía al multiplicar 10 millones de usuarios por $ 50 de carga), que esos fondos eran un “préstamo al Gobierno” y que por eso el SUBE significaba que “Somos Unos Boludos Enormes” . Otros cargaron contra una supuesta violación a la intimidad , porque las tarjetas están identificadas y el consumo queda registrado. “No estamos armando un registro tipo Gestapo, para nosotros lo que hay atrás es sólo un número”, se defendió Schiavi. El SUBE sumó así un nuevo capítulo de confusión. En el Gobierno se esforzaron por aclarar que los fondos del SUBE están depositados en el Banco Nación, bajo vigilancia de los transportistas. “Nadie es dueño de ese dinero, ni del Gobierno ni de los dueños de los medios de transporte: en realidad es de la gente”, señaló una fuente oficial. Llegar a esa conclusión no fue fácil. Hace casi dos años y en plena implementación del boleto electrónico, transportistas y funcionarios de Nación Servicios (la oficina del Nación que gestiona el sistema) mantuvieron una dura pulseada por el manejo de la caja. Precisamente un día como ayer, el 4 de febrero pero de 2009, el SUBE nació por decreto para paliar la falta de monedas . El objetivo es unificar los 12 millones de viajes diarios que se realizan en trenes, subtes y colectivos de Capital y GBA. El Gobierno calcula que cada día, 6,5 millones de personas usan el servicio: 5 millones en forma habitual y el resto, esporádica. Con el objetivo de apurar la masividad del boleto electrónico y reducir los subsidios, el Gobierno advirtió que a partir del 10 de febrero, las personas que no abonen con la tarjeta SUBE pagarán una tarifa mayor. El anuncio provocó enormes colas para tramitar la tarjeta. Un dato: hasta antes del anuncio, el Gobierno entregaba por mes entre 300.000 y 400.000 plásticos. “En la última quincena de enero fueron 1,5 millones”, indicó un funcionario.

Fuente : IEco

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