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martes, 4 de octubre de 2011

La llegada del ferrocarril a Quilmes: Un periplo tragicómico

-Muchos años le llevó al ferrocarril que hoy conocemos como Roca llegar hasta nuestros pagos. Desde que se firmaron los primeros papeles hasta que comenzó a humear la primera locomotora, hubo un periplo tragicómico que el historiador local nos da a conocer. Las peripecias que determinaron el arribo del ferrocarril al incipiente pueblo de Quilmes fueron ingeniosas, desopilantes e irónicamente narradas por la agudeza del primer cronista local, don José Andrés López. Este fue intendente en 1904 y figura consular en el panteón de los prohombres quilmeños que gestaron la tercera fundación de Quilmes. Esos incidentes se hallan en el capítulo El Ferrocarril de su libro Quilmes de Antaño. EL NACIMIENTO. El 25 de agosto de 1857 el Congreso del Estado de Buenos Aires sancionó la ley 147 que permitía a la empresa ferroviaria gerenciada por el francés Alfonso Lelievre (o Le Lievre: la liebre) a trazar una línea férrea desde la ciudad de Buenos Aires hasta el puerto de la Ensenada. Este aún conservaba el auge de la exportación de insumos provenientes de la producción ganadera, principalmente cueros y tasajo o charque, la carne salada que provenía de los saladeros que ocupaban la vera de los arroyos y las costas del Río de la Plata, desde el Riachuelo hasta ese puerto natural. PRIMERAS DEMORAS. No crea el lector que las locomotoras comenzaron a ahumar el aire inmediatamente. La ley mencionada, como muchas de ayer y de hoy, se tomó su tiempo para cobrar vigencia. El 16 de febrero de 1860, 2 años, 5 meses y 22 días después de la sanción se firmó el contrato entre las partes, es decir, el gobierno y la empresa. Dicho marco legal establecía que 6 meses después de la firma se debían empezar los trabajos, es decir, el 16 de agosto. La primera sección, que debía partir de la Boca hasta Barracas al Sur (Avellaneda) tenía que concluirse 2 años después, el 16 de agosto de 1862 y en 2 años más, o sea el 16 de agosto de 1864, la vía hasta la Ensenada tendría que estar concluida y abierta al público. El rigor de la letra escrita no fue determinante porque 2 años después nada de lo pautado se había hecho. El 10 de abril de 1862, Lelievre sin hacer honor a la cualidad de su apellido, pidió a las autoridades una prórroga. EL FERROCARRIL DEL SUD. Se presta a confusión la creación de la línea del Ferrocarril Buenos Aires-Ensenada (de ahora en adelante FCBAE) , también llamado Ferrocarril de La Boca, que pasa por Quilmes, con la del Ferrocarril del Sud o Gran Ferrocarril al Sud de Buenos Aires (de ahora en adelante FCS), de una firma de capitales británicos constituida por Edward Lumb en 1862 con la razón social: Buenos Aires Great Southern Railway (BAGS). Su primer gerente fue Edward Banfield, que perpetua su nombre en una estación abierta en 1873 y luego se extendió a toda una localidad perteneciente al partido de Lomas de Zamora creado en 1864 con en el pueblo de La Paz. Este embrollo se debe a que en 1862, año en que Lelievre delega su compromiso, se firmó el contrato para la construcción del Ferrocarril Sud, de trocha ancha, que partía del mercado de Constitución hasta Chascomús, con prolongación hasta Dolores sobre tierras fiscales y tarifas que fijaron la empresa y el gobierno provincial. Las obras se iniciaron en 1864 y en diciembre de 1865, gracias a su excelente administración, se concluyó el tramo hasta Chascomús. Mientras tanto, en Quilmes esperaban con bucólica paciencia.



Fuente : Perspectiva Sur

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