Casi doce horas para llegar a Mar del Plata demoraron los pasajeros de la formación 335 de Ferrobaires, que había partido de Plaza Constitución a las 23.05 del lunes. Un diario de viaje debiera consignar que viajaron poco más de tres horas en el tren y otras tres en ómnibus, y que en medio, en plena madrugada, permanecieron cinco horas en las vías, varados, sin agua y con un frío de helada en medio del campo. El desperfecto fue en la locomotora, y como no había en las estaciones de Mar del Plata ni de Maipú otra para suplantarla, el pasaje, unas 300 personas, debió esperar. No es la primera vez que ocurre. La última vez fue tan inoportuna como la de ayer: sucedió cuando la presidenta Cristina Fernández llegó a la ciudad para inaugurar la terminal ferroautomor y poner en marcha los nuevos trenes Talgo, a fines de julio. Ahora el tren de Ferrobaires volvió a fallar horas después de que se inauguró el tren que unirá Argentina y Uruguay. El superintendente de la empresa, Héctor Barros, informó que el servicio se vio interrumpido al romperse un compresor de aire en uno de los motores de la locomotora. Esto ocurrió a la altura de la estación Sevigné, a 12 kilómetros de Dolores, cerca de las 2 de la madrugada de ayer. “Es mi última vez en tren. Nos dijeron que se rompió la locomotora y que había que esperar, nada más. Y todo está mugriento, no hay agua, es lamentable el servicio que dan”, contaba Pablo Ibarra, uno de los pasajeros que se quedó para reclamar que le devolvieron el importe del pasaje. Dijo que le habían negado tal posibilidad en la boletería y que había perdido la mañana de trabajo. “Deberían mostrar a las mamás con sus chiquitos caminando entre las vías –contaba indignada una mujer al llegar poco después de las 10-, con el frío que hacía, para subir al micro. Ahora nos bajan acá (en la estación de la avenida Luro) y nadie te explica nada. Una vergüenza”.
Fuente : Clarin
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