miércoles, 20 de marzo de 2013

Vale-Potasio Río Colorado ¿Y ahora qué hacemos?

Tras 79 días de parálisis, el holding minero de Brasil suspendió la construcción de la mina. Después de haber puesto en PRC unos US$ 1.500 millones (más los US$ 750 millones que le costó la compra a Río Tinto), Vale decidió que los números no le cierran. La muerte de Hugo Chávez no sólo fue una desgracia para sus partidarios y admiradores de diversas latitudes. El deceso, dos días antes de la cita 7-M de Cristina-Dilma en El Calafate, abortó un encuentro del que muchos esperaban saldrían señales o decisiones dirigidas a sacar del barro al proyecto Potasio Río Colorado (PRC, cuyo desarrollo demandaría US$ 6.000 millones). Lo que ahora se sospecha es que de cara a esa cumbre había pocas soluciones al gusto de Vale. Tras 79 días de parálisis, el holding minero de Brasil suspendió la construcción de la mina. Después de haber puesto en PRC unos US$ 1.500 millones (más los US$ 750 millones que le costó la compra a Río Tinto), Vale decidió que los números no le cierran, así como está la economía argentina y el proyecto minero PRC, la más grande de las inversiones en marcha en el país (las de Pascua Lama se reparten con Chile). Analistas financieros y bursátiles del mundo ya habían aplaudido el parate de las obras, pese a la fortuna ya enterrada en el progreso del complejo. En tiempos de la minería mundial de “revaluación de activos”, PRC no ha logrado despejar sus incertidumbres. Potasio Río Colorado era para varios actores el emprendimiento deseado. Brasil consume 6.000.000 ton/año de cloruro de potasio y sólo produce la décima parte. El mineral que importa lo trae caro en fletes desde Bielorrusia o Canadá. Vale pensó en ponerlo a tiro desde Bahía Blanca a Corumbá. Para la balanza del Mercosur, este comercio significaba también emparejar cuentas entre Argentina y Brasil. Mendoza, por su parte, esperaba un jugoso aporte a su erario en concepto de regalías. Por eso, el gobernador Paco Pérez hizo lo imposible, en prórrogas y seducciones, para que Vale no diera el portazo. Hay factores que han desalentado a Vale, como sus balances (perdió US$ 2.647 millones en el 4T 2012), la proyección del mercado global del potasio (-20% en 2012) o la influencia de la incomparable inflación argentina (25-30%/año). “Necesitamos la comprensión del gobierno argentino para continuar con PRC. El sector minero demanda, por el tamaño de sus iniciativas, un tratamiento especial” había dicho en la reciente PDAC 2013 el director global del holding brasilero, Marcio Godoy. Y resolver la cuestión del corredor ferroviario era tan clave como la cuestión fiscal. Lo que requería de la decisión política del Gobierno Nacional, que hasta ahora ha sido mero espectador de las ínfulas de gobernantes y privados de Neuquén y Río Negro. Según Vale, las demoras por estas discusiones sobre servidumbres y derechos de paso habían encarecido la inversión en unos US$ 1.000 millones. El impacto por el turn off de Potasio Río Colorado será fuerte en Mendoza, provincia que había pactado con la minera un 75% de compre local. Vale-PRC había encadenado a unas 2500 pymes, preveía una inversión piso de US$ 600 millones para este año, para lo cual precisaba de 4.000 puestos de trabajo. Las cámaras de proveedores de servicios mineros nucleadas en Ofecasemi y Casemi habían expresado también su alarma por esta situación. Y la UTE local de Distrocuyo-Cartellone, que venía construyendo la línea eléctrica (40% de avance) para la interconexión (132 kw) con la línea Comahue Cuyo más dos estaciones transformadoras, reclamaron al gobierno de Mendoza por el freno de la obra (valuada en US$ 15 milones). Son parte del tendal que dejará el plantón de Vale.

Dólares. Fuentes cercanas a las negociaciones fiscales, en las que estuvo involucrado también el secretario de Minería, Jorge Mayoral, hablan de lápices afinados en torno de la cuestión impositiva, lo que importaría ahorros de entre US$ 600/1.000 millones para Vale. La minera arguyó que la cotización de los dólares que ingresa está desfasada, mientras la inflación avanza, con sobrecostos del 40%. La eximición del IVA, dentro de este paquete, tendría sustento en dos leyes nacionales: la 24.196, que además de estabilidad fiscal regula deducciones y exención de Ganancias; y la 24.402, que decide el otorgamiento de créditos para el pago del IVA. Cualquier modificación de las condiciones firmadas entre Mendoza y Vale Argentina debería haber sido ratificada por la Legislatura mendocina. El virtual Plan B del gobernador de Mendoza, Francisco Pérez, para cambiar vía La Pampa la traza del ferrocarril hasta Bahía Blanca –cuya viabilidad es la mayor incógnita para el emprendimiento–, lejos de llevar tranquilidad a quienes siguen el caso, ha dado nuevas pistas acerca de cómo se mueven las cosas en Argentina 2013. ¿Quién podía asegurar que en el nuevo recorrido, por otras provincias y municipios, no aparecerían pretensiones similares de superficiarios y gobiernos locales?

“Dejar a una empresa minera a que resuelva el puzzle de centenares de intereses de particulares y de la política local poco tiene que ver con la promoción genuina de una inversión de esta magnitud”, dijo a Mining Press una fuente de Vale en Río de Janeiro. El socio mayor del Mercosur no comprende cómo el status de país federal que ostenta Argentina puede complicar así las cosas. Brasil es una República Federativa, pero esas cosas allí no pasan. Vale largó la toalla, como dicen en el box. Mientras pululaban versiones variopintas de nuevos socios, como la del superjeque Sulaiman Al-Fahim, dueño del Manchester City F.C. (al que tentaron en Dubai a fines de enero Axel Kicillof, Julio De Vido y Jorge Mayoral “por expresa indicación de la Presidenta”, dijeron sus voceros) y la menos poderosa Mendoza, que entraría en un modelo mixto a cambio de las exenciones, regalías y otros rubros. El potasio es la mejor demostración de la amplia gama de recursos mineros de la Argentina. PRC estimó una producción inicial de 2,4 millones ton/año, hasta trepar hasta 4,3 millones de toneladas, con un horizonte de vida útil de 45 años que podría extenderse otras dos décadas. El proyecto suspendido involucra: 1º) La planta de proceso y extracción en Malargüe y dentro de las 80.000 has que ocupa la mina (presupuestada en U$S 1.100 millones); 2º) La construcción y refacción de 900 km de líneas férreas en cuatro provincias: Mendoza, Neuquén, La Pampa y Buenos Aires (U$S 1.000 millones) y la construcción de un aeropuerto en Malargüe; 3º) Una planta de reducción y compactación, además de la infraestructura para carga de los buques, en el puerto de Bahía Blanca (U$S 750 millones).

¿Y ahora? Al cierre de esta edición, la Nación y la provincia de Mendoza intentaban pactar con Vale las condiciones de la retirada de Potasio Río Colorado. Una difícil tarea, dados los antecedentes de los dialogantes. Los funcionarios reclaman, desde la audiencia del Ministerio de Trabajo del miércoles en adelante, que el holding brasileño garantice el pago de salarios a los empleados del proyecto por un año, lo que en buen romance significa hasta después de las elecciones de octubre. La cuestión es que la mayoría de los 4.000 y pico de operarios y técnicos directos no son de Vale, sino del enjambre de empresas proveedoras que construían el complejo. Mientras tanto, en el índice Bovespa de la Bolsa de San Pablo, la acción de la compañía procuraba recuperarse de las esperables caídas que le supuso la noticia del abandono del proyecto argentino. “Los inversores van a entender que es mejor resignar un negocio que hacer un mal negocio”, decían fuentes de la empresa, en una pulseada con el mayor agorero del desplome de los papeles, el ministro argentino Julio De Vido, quien sugirió a los accionistas de Vale abandonar su apuesta por la empresa. La embestida recordó a otros episodios similares del funcionario vitalicio del kirchnerismo: cuando algo no funciona, tirar bajo el tren a las empresas (recordar eléctricas o petroleras) es la mejor receta. Hablando de tren, los voceros del Gobierno difundían su propia versión: Vale ya había garantizado el 70% de la traza en acuerdos con superficiarios y administraciones locales. La empresa desertora habla del 30%. No hay muchos casos en la minería en que con US$ 2.200 millones “enterrados” y el 40% de la construcción de una mina, se resigne la inversión. Analistas del sector y sobre todo del ítem propiedad minera, decían que no pasará demasiado tiempo para que Mendoza, la soberana del recurso minero según la Constitución de 1994, oficialice la caída de la concesión, invocando “abandono de mina” (artículos 226 a 232 del Código de Minería). La prestigiosa consultora brasilera Eurasia Group conjetura que “Vale difícilmente llegará a un acuerdo para seguir en la Argentina”. En rigor, hay cero clima para seguir. El dirigente empresario Roberto Zenobi, de la cámara de los mineros mendocinos, lo resumió en palabras que fueron avaladas en el sector: “Hoy PRC no es negocio para Vale, hicimos las cosas mal durante siete años y ya la mina debería estar operando o a punto de hacerlo”. Se refería a lo que en el ambiente minero todos conocen: el rosario de pretensiones que sufrieron los concesionarios del proyecto en Mendoza, La Pampa, Neuquén, Río Negro y Buenos Aires, las provincias de la cuenca del Río Colorado nucleadas en el Coirco. El potasio malargüino parece maldecido. Por su default, Río Tinto no llegó a construirla y debió cederla a Vale en enero de 2009 por una suma irrisoria para lo que es la magnitud del proyecto. La historia se repite ahora con el gigante de Brasil, que se baja de una apuesta para 50 años apremiado por sus magros estados contables. Operadores K que nunca faltan decían por estas horas que todo se solucionará y PRC será finalmente un emprendimiento argentino-brasileño. Y ya circulan en el ambiente los nombres infaltables de Cristóbal López y Vila-Manzano, además de las crípticas palabras de Miguel Galuccio de que YPF “se prepara para encontrar la forma de desarrollar el proyecto, con o sin Vale”. La provincia de Mendoza, se sabe, no tiene capital ni espaldas para afrontar sola esta inversión. La especulación tiene también su lógica: el potasio mendocino tiene su mejor futuro con Brasil como comprador. Estas fuentes aseguran que Dilma y Cristina terminarán arreglando todo, pero el circuito de agravios mutuos ha sido enorme. La liturgia devidista no fue un bálsamo, precisamente. Y la gerencia de Vale Argentina ninguneó como pocos al gobernador Paco Pérez: nunca le avisó oficialmente que, finalmente, suspendía. Dicen que Cristina lanzó su ira contra a los funcionarios de Planificación y de Economía tras el cese del más importante proyecto productivo que tiene el país. No es para menos. PRC ha terminado siendo una interminable carrera de obstáculos. Un entuerto que no ha podido reparar la gran política. Por favor, que alguien baje de YouTube el video (de julio de 2012) del CEO de Vale, Murilo Ferreira, y de CFK, en la Casa Rosada, en el que ambos ensalzaban el gran proyecto minero que hoy ingresó en el desván de las frustraciones argentinas.

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