Dólares.
Fuentes cercanas a las negociaciones fiscales, en las que estuvo
involucrado también el secretario de Minería, Jorge Mayoral, hablan de
lápices afinados en torno de la cuestión impositiva, lo que importaría
ahorros de entre US$ 600/1.000 millones para Vale. La minera arguyó que
la cotización de los dólares que ingresa está desfasada, mientras la
inflación avanza, con sobrecostos del 40%. La eximición del IVA, dentro
de este paquete, tendría sustento en dos leyes nacionales: la 24.196,
que además de estabilidad fiscal regula deducciones y exención de
Ganancias; y la 24.402, que decide el otorgamiento de créditos para el
pago del IVA. Cualquier modificación de las condiciones firmadas entre
Mendoza y Vale Argentina debería haber sido ratificada por la
Legislatura mendocina. El virtual Plan B del gobernador de Mendoza,
Francisco Pérez, para cambiar vía La Pampa la traza del ferrocarril
hasta Bahía Blanca –cuya viabilidad es la mayor incógnita para el
emprendimiento–, lejos de llevar tranquilidad a quienes siguen el caso,
ha dado nuevas pistas acerca de cómo se mueven las cosas en Argentina
2013. ¿Quién podía asegurar que en el nuevo recorrido, por otras
provincias y municipios, no aparecerían pretensiones similares de
superficiarios y gobiernos locales?
“Dejar a una
empresa minera a que resuelva el puzzle de centenares de intereses de
particulares y de la política local poco tiene que ver con la promoción
genuina de una inversión de esta magnitud”, dijo a Mining Press una
fuente de Vale en Río de Janeiro. El socio mayor del Mercosur no
comprende cómo el status de país federal que ostenta Argentina puede
complicar así las cosas. Brasil es una República Federativa, pero esas
cosas allí no pasan. Vale largó la toalla, como dicen en el box.
Mientras pululaban versiones variopintas de nuevos socios, como la del
superjeque Sulaiman Al-Fahim, dueño del Manchester City F.C. (al que
tentaron en Dubai a fines de enero Axel Kicillof, Julio De Vido y Jorge
Mayoral “por expresa indicación de la Presidenta”, dijeron sus voceros) y
la menos poderosa Mendoza, que entraría en un modelo mixto a cambio de
las exenciones, regalías y otros rubros. El potasio es la mejor
demostración de la amplia gama de recursos mineros de la Argentina. PRC
estimó una producción inicial de 2,4 millones ton/año, hasta trepar
hasta 4,3 millones de toneladas, con un horizonte de vida útil de 45
años que podría extenderse otras dos décadas. El proyecto suspendido
involucra: 1º) La planta de proceso y extracción en Malargüe y dentro de
las 80.000 has que ocupa la mina (presupuestada en U$S 1.100 millones);
2º) La construcción y refacción de 900 km de líneas férreas en cuatro
provincias: Mendoza, Neuquén, La Pampa y Buenos Aires (U$S 1.000
millones) y la construcción de un aeropuerto en Malargüe; 3º) Una planta
de reducción y compactación, además de la infraestructura para carga de
los buques, en el puerto de Bahía Blanca (U$S 750 millones).
¿Y ahora? Al
cierre de esta edición, la Nación y la provincia de Mendoza intentaban
pactar con Vale las condiciones de la retirada de Potasio Río Colorado.
Una difícil tarea, dados los antecedentes de los dialogantes. Los
funcionarios reclaman, desde la audiencia del Ministerio de Trabajo del
miércoles en adelante, que el holding brasileño garantice el pago de
salarios a los empleados del proyecto por un año, lo que en buen romance
significa hasta después de las elecciones de octubre. La cuestión es
que la mayoría de los 4.000 y pico de operarios y técnicos directos no
son de Vale, sino del enjambre de empresas proveedoras que construían el
complejo. Mientras tanto, en el índice Bovespa de la Bolsa de San
Pablo, la acción de la compañía procuraba recuperarse de las esperables
caídas que le supuso la noticia del abandono del proyecto argentino.
“Los inversores van a entender que es mejor resignar un negocio que
hacer un mal negocio”, decían fuentes de la empresa, en una pulseada con
el mayor agorero del desplome de los papeles, el ministro argentino
Julio De Vido, quien sugirió a los accionistas de Vale abandonar su
apuesta por la empresa. La embestida recordó a otros episodios similares
del funcionario vitalicio del kirchnerismo: cuando algo no funciona,
tirar bajo el tren a las empresas (recordar eléctricas o petroleras) es
la mejor receta. Hablando de tren, los voceros del Gobierno difundían su
propia versión: Vale ya había garantizado el 70% de la traza en
acuerdos con superficiarios y administraciones locales. La empresa
desertora habla del 30%. No hay muchos casos en la minería en que con
US$ 2.200 millones “enterrados” y el 40% de la construcción de una mina,
se resigne la inversión. Analistas del sector y sobre todo del ítem
propiedad minera, decían que no pasará demasiado tiempo para que
Mendoza, la soberana del recurso minero según la Constitución de 1994,
oficialice la caída de la concesión, invocando “abandono de mina”
(artículos 226 a 232 del Código de Minería). La prestigiosa consultora
brasilera Eurasia Group conjetura que “Vale difícilmente llegará a un
acuerdo para seguir en la Argentina”. En rigor, hay cero clima para
seguir. El dirigente empresario Roberto Zenobi, de la cámara de los
mineros mendocinos, lo resumió en palabras que fueron avaladas en el
sector: “Hoy PRC no es negocio para Vale, hicimos las cosas mal durante
siete años y ya la mina debería estar operando o a punto de hacerlo”. Se
refería a lo que en el ambiente minero todos conocen: el rosario de
pretensiones que sufrieron los concesionarios del proyecto en Mendoza,
La Pampa, Neuquén, Río Negro y Buenos Aires, las provincias de la cuenca
del Río Colorado nucleadas en el Coirco. El potasio malargüino parece
maldecido. Por su default, Río Tinto no llegó a construirla y debió
cederla a Vale en enero de 2009 por una suma irrisoria para lo que es la
magnitud del proyecto. La historia se repite ahora con el gigante de
Brasil, que se baja de una apuesta para 50 años apremiado por sus magros
estados contables. Operadores K que nunca faltan decían por estas horas
que todo se solucionará y PRC será finalmente un emprendimiento
argentino-brasileño. Y ya circulan en el ambiente los nombres
infaltables de Cristóbal López y Vila-Manzano, además de las crípticas
palabras de Miguel Galuccio de que YPF “se prepara para encontrar la
forma de desarrollar el proyecto, con o sin Vale”. La provincia de
Mendoza, se sabe, no tiene capital ni espaldas para afrontar sola esta
inversión. La especulación tiene también su lógica: el potasio mendocino
tiene su mejor futuro con Brasil como comprador. Estas fuentes aseguran
que Dilma y Cristina terminarán arreglando todo, pero el circuito de
agravios mutuos ha sido enorme. La liturgia devidista no fue un bálsamo,
precisamente. Y la gerencia de Vale Argentina ninguneó como pocos al
gobernador Paco Pérez: nunca le avisó oficialmente que, finalmente,
suspendía. Dicen que Cristina lanzó su ira contra a los funcionarios de
Planificación y de Economía tras el cese del más importante proyecto
productivo que tiene el país. No es para menos. PRC ha terminado siendo
una interminable carrera de obstáculos. Un entuerto que no ha podido
reparar la gran política. Por favor, que alguien baje de YouTube el
video (de julio de 2012) del CEO de Vale, Murilo Ferreira, y de CFK, en
la Casa Rosada, en el que ambos ensalzaban el gran proyecto minero que
hoy ingresó en el desván de las frustraciones argentinas.
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