Una comisión multidisciplinaria trabaja en la resolución de las distintas problemáticas que afectan a las viviendas construidas hace más de 100 años para los trabajadores del ferrocarril. A paso lento pero decidido, la Mesa Coordinadora que agrupa a varios colegios profesionales locales continúa trabajando en el Proyecto Solidario Barrio Inglés, con la idea de recuperar el sector, una de las joyas arquitectónicas que posee nuestra ciudad, testimonio contundente del paso de las empresas ferroviarias inglesas que transformaron la aldea de mateos y precarios muelles de madera en una de las ciudades más importantes del subcontinente. El Barrio Inglés se ubica en las primeras dos cuadras de calle Brickman, entre la avenida Colón y Donado. Sus habitantes originarios siguen llamando a sus casas como "las colonias ferroviarias". Se trata de 14 bloques de 4 viviendas cada uno, 2 por planta, resueltos mediante un lenguaje ladrillero, propio de las obras industriales ferroviarias y casi impropio para las viviendas familiares de la época. Construido en 1908, el conjunto habitacional fue realizado por el ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (BAP), poderosa empresa que en nuestra ciudad se fusionó con el Bahía Blanca al Noroeste (BBNO), para alojar a personal obrero. La idea de ubicar las viviendas en dos plantas jerarquizó el conjunto, que se destacó por sus cubiertas de pizarras de gran pendiente, las atractivas chimeneas y la cestería de remate. Brickman, con su pendiente, le brinda al conjunto un ritmo atractivo, variando las alturas de los bloques y generando una dinámica que puede admirarse, por caso, desde el vecino puente de la avenida Colón. "Es un barrio único en el país", aseguró a este diario la arquitecta Laura Villalobos, especialista en temas patrimoniales y coordinadora de la comisión Patrimonio del Colegio de Arquitectos que desde hace 4 años trabaja con el objetivo de ordenar al Barrio Inglés en todos sus aspectos. Precisamente la decisión de derivar la cuestión a la Mesa Coordinadora de colegios y consejos profesionales del sur bonaerense da cuenta de su complejidad. Abogados, escribanos, asistentes sociales, ingenieros, médicos y agrimensores, entre otros, están sumando esfuerzos y conocimientos para poder resolver las distintas problemáticas del conjunto edilicio. La idea es, por un lado, solucionar el problema dominial de las viviendas, cuyos ocupantes nunca han podido completar --por distintas circunstancias-- los trámites que acrediten la situación legal de cada uno en relación a esas propiedades. Con la nacionalización de los ferrocarriles en la década del 40, los bienes de las compañías inglesas comenzaron a recorrer un intrincado camino, donde la burocracia y los reiterados vaivenes políticos convirtieron en algo inalcanzable reconocer una entidad que asumiera la venta o el traspaso de cada vivienda. "Es una de las cuestiones más delicadas. El colegio de abogados ya designó a un profesional para trabajar con los asistentes sociales y escribanos en el análisis de la documentación que cada ocupante posea, algunos de ellos usuarios, otros herederos de los primeros habitantes", indicó Villalobos. La otra tarea en desarrollo es el relevamiento integral de las casas, de modo de conocer su estado general y sugerir las intervenciones más inmediatas que requieren. "Hemos relevado el 60% del conjunto. Las deficiencias más importantes están en las cubiertas, en las chimeneas y en la necesidad de implementar adecuaciones propias de estos tiempos", agregó la profesional. A esto se suma la necesidad de proyectar, de manera no traumática, la realización de obras de infraestructura --provisión de servicios-- así como algunas adecuaciones vitales como las de construir baños en cada vivienda, considerando que el proyecto original ubicó los grupos sanitarias fuera de las mismas. Un gran edificio acostado. De la Mesa Coordinadora surgió la idea de darle al Barrio Inglés un carácter de propiedad horizontal, "un gran edificio acostado", según graficó Villalobos en referencia a la calidad de conjunto que ofrecen los bloques de viviendas. Un avance inesperado en la cuestión fue la reciente novedad de que el barrio resultó aceptado para ser declarado Monumento Histórico Nacional, como parte que es de un área ferroviaria que incluye al ex Mercado Victoria, la ex usina eléctrica de Brickman y Donado y el centenario Puente Colón. "Esa declaratoria nos permitirá agilizar muchos trabajos y avanzar en la resolución final", apuntó Villalobos. Otra preocupación del Colegio de Arquitectos es impedir que se realicen intervenciones desacertadas, atendiendo a la necesidad de conservar la estética original del conjunto. Hoy pueden verse como el color y la rusticidad original de los ladrillos han sido alterados con la aplicación de pintura de distintos colores y se han añadidos obras de manera inconveniente. "El tema de demoler o corregir intervenciones inadecuadas es complejo y lo vamos a ir trabajando con los vecinos. La declaratoria como Monumento Histórico también va a condicionar trabajos inadecuados", detalló. Por último, Villalobos insistió en que el barrio es, por antigüedad, tipología y método constructivo, uno de los más valiosos del continente, con un valor histórico, cultural y arquitectónico de relevancia internacional. "Es un fenómeno de transculturación que los ingleses desarrollaron con los modelos desarrollados en Inglaterra para atender las demandas de una aparición novedosa y revolucionaria como fue el ferrocarril", explicó. Datos
Propietario original: Empresa Buenos Aires al Pacífico.
Propietario actual: Varios.
Cantidad de unidades: 52.
Ubicación: Brickman, entre avenida Colón y Donado.
Fecha de construcción: 1908.
Categoría: Patrimonio municipal, conjunto histórico urbano arquitectónico provincial, aceptado como candidato a monumento histórico nacional.
Fuente : La Nueva Provincia
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