jueves, 24 de noviembre de 2011

La tercera fundación

El puerto está en un proceso de profundización y ensanche que lo convertirá en el único de Argentina apto para los grandes buques transcontinentales que operan el globalizado comercio mundial. Bahía Blanca es la ciudad portuaria marítima más importante de la Argentina, situada al sur de la Provincia de Buenos Aires y la segunda ciudad más importante sobre el mar. La ciudad portuaria fundada en 1828, nace por una decisión estratégica del gobierno central para proteger el ganado del indio; y la costa de la flota de Brasil que había desembarcado en el área en 1827. Se volvió comercialmente importante luego de la llegada del Ferrocarril del Sud en 1884 y Ferrocarril Rosario a Puerto Belgrano en 1922, que conectaban la ciudad con Buenos Aires, Rosario y el resto del interior del país. Su crecimiento demográfico y actual composición se deben al arribo masivo de inmigrantes europeos atraídos por las fuentes de trabajo que significaron el ferrocarril, los puertos de Ingeniero White, el Puerto Galván y el Frigorífico Sansinena y su Puerto Cuatreros, que daría lugar a la localidad que hoy se denomina General Daniel Cerri. Su emplazamiento territorial siempre ha sido objeto de atención en todo proyecto de radicación industrial o actividad exportadora, debido principalmente a su privilegiado puerto y a la red ferrovial que la conecta con todo el país. Esta potencialidad natural ha sido el factor prioritario en la determinación de políticas transformadoras de impacto económico y territorial. Concretamente la inserción de la ciudad en el modelo agro-exportador que se consolidó en la Argentina a partir de 1880, fue la respuesta a un proyecto de dinamización del espacio desde el cual se crearon las bases para el desarrollo y comercialización de productos primarios (carnes y cereales) a escala internacional. La ejecución de este proyecto se estructuró con el respaldo de políticas públicas que sustentaron el accionar privado. A impulsos de esta realidad, la ciudad manifestó un crecimiento vertiginoso que gravitó decisivamente sobre su estructura social, económica y urbana. Por su significación, este proceso ha sido conceptualizado como una segunda fundación. Este tipo de políticas volvió a tener expresiones de alto impacto económico y social hace más de treinta años cuando se daba inicio a la construcción del Polo Petroquímico Bahía Blanca, que con su ampliación en la década del 90 lo convirtió en el más importante del país. Este proceso de reconversión o diversificación de la actividad, siempre girando alrededor del puerto, que convirtió a la urbe de agroexportadora a ciudad industrial, no se detiene y se puede decir que fue el comienzo de la Tercera Fundación, que hoy nos encuentra en un proceso de crecimiento cuanti-cualitativo, en el que nuevos emprendimientos industriales vinculados al agro, a la minería y a la energía, marcarán definitivamente a Bahía Blanca como la más importante ciudad industrial-portuaria del país. Su puerto está en un proceso de profundización y ensanche que lo convertirá en el único de Argentina apto para los grandes buques transcontinentales que operan el globalizado comercio mundial. A esto se agrega la ampliación de la superficie apta para industria en la ribera del canal y la profundización de la parte que en los 60 fue desactivada por la crisis de la industria frigorífica y que hoy dará lugar a la radicación de industrias relacionadas principalmente con la energía y la transformación de derivados del gas, fuente principal de la matriz energética de nuestro país. La región volverá a operar los cinco puertos que la hicieron conocida y estratégica: Rosales, Belgrano, White, Galván y Cuatreros. No podemos dejar de recordar que Bahía Blanca tiene otros atributos que la destacan, y que a la par de este desarrollo industrial, se potenciará para dar respuesta a los requerimientos que la actividad demanda. Bahía es ciudad universitaria, con dos universidades nacionales, institutos terciarios y la próxima apertura de la primera universidad salesiana de la Argentina. Es también la ciudad un gran centro comercial y de entretenimiento, como también viene creciendo rápidamente como ciudad de salud, con la permanente incorporación de tecnología de diagnóstico y la mejora de la infraestructura hospitalaria que la aloja. Generalmente el interior tiene mayores dificultades para lograr importantes avances socio-económicos, en relación a su significancia cuantitativa en las decisiones políticas. La fuerza de este impacto económico nos permitirá revertir en parte esta restricción y ya instalarnos como la ciudad que todos miran al momento de pensar en hacer.

FUente : La Nueva Provincia

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