Seguidores

viernes, 19 de marzo de 2010

Cien años después de la visita presidencial a Río Negro, este viernes Cristina Fernández llega al Alto Valle/Por Carlos Espinosa

La presidenta de la Nación. Cristina Fernández de Kirchner, encabezará este viernes en Barda del Medio los actos por el centenario de la inauguración de las obras de regadío del Alto Valle de Río Negro con aguas del río Neuquén tomadas en el Dique Ballester. Hace cien años, el 17 de marzo de 1910, en circunstancias bien distintas, otro presidente de la Argentina, José Figueroa Alcorta, estuvo por espacio de algunas horas en ese mismo sitio.



El jefe de Estado y sus acompañantes, entre quienes se destacaban el ministro de Obras Públicas, Ezequiel Ramos Mexía, y el presidente electo (sucesor de Figueroa Alcorta) Roque Sáenz Peña llegaron a la zona de la denominada Cuenca Vidal en un tren especial, que había partido el 15 de marzo por la noche desde Plaza Constitución. Desde Ciplolletti el convoy regresó a Bahía Blanca, y el día 19 Figueroa Alcorta se embarcó en un buque de la flota de mar con destino a San Antonio Oeste. El 20 de marzo por la mañana la nave atracó en el muelle de Punta Verde, en las afueras de la localidad, y allí mismo abordó una formación del Ferrocarril del Estado con la que recorrió los primeros 110 kilómetros de vía, hasta la localidad de Valcheta.

En esta población hubo un acto oficial y agasajo, dando por inauguradas las obras de la línea férrea desde San Antonio Oeste hasta el lago Nahuel Huapi, el ferrocarril de fomento que significaría la creación y fortalecimiento de todos los pueblos de la región sur.

Al finalizar la ceremonia se sirvió un banquete en honor a los prestigiosos visitantes en la barraca de Peirano y todos volvieron a San Antonio Oeste; el presidente Figueroa Alcorta y su comitiva retornaron al buque, y a la mañana siguiente subieron al tren que los aguardaba en Bahía Blanca, para retornar a Buenos Aires.

La construcción del ramal del Ferrocarril de Estado entre San Antonio Oeste y el lago Nahuel Huapi (que demandaría más de 25 años para su ejecución total) fue alentada por el ministro Ezequiel Ramos Mexía, titular de las carteras nacionales de Agricultura y Obras Públicas de aquellos años. El plan de Ramos Mexía contemplaba el tendido de 3 ramales patagónicos, que unirían puertos y poblaciones con claro sentido integrador. Suelen equivocarse algunos recopiladores de la historia patagónica al pensar que esta red ferroviaria fue diseñada y desarrollada por capitales británicos. No, fue una de las grandes obras del Estado. Que después fuese especialmente aprovechada por los ingleses, para transportar con flete barato la lana esquilada en sus enormes estancias, es otra historia.

Estaban proyectadas las líneas Comodoro Rivadavia-Colonia Sarmiento; Puerto Deseado-Colonia Las Heras; y la que atravesaría todo el sur de Río Negro: San Antonio Oeste-Nahuel Huapi. Este diagrama se completaría con un ramal que correría de norte a sur, al costado de la Cordillera de los Andes.

Los estudios previos a la obra del ramal que nos ocupa estuvieron a cargo del geólogo estadounidense Bailey Willis; y para la dirección técnica fue contratado un joven ingeniero italiano, que ya acumulaba experiencia en la construcción de la primera línea de subterráneos de Buenos Aires: Guido Jacobacci. Los trabajos comenzaron a fines de 1908, con la instalación del muelle de Punta Verde, en el mismo sitio en donde la municipalidad de San Antonio Oeste creó un balneario marítimo de enorme belleza. Allí comenzaron a llegar, por barcos de ultramar, los cargamentos con rieles, durmientes y clavos, tres grúas de gran porte, herramientas de diverso tipo y la primera locomotora, que fue importada de Inglaterra semi desarmada. En aquellos tiempos San Antonio Oeste bullía de actividad, con sonidos nuevos y una interesante mezcla de idiomas hablados por los técnicos y operarios.

La revista “Caras y caretas”, muy popular en aquellos tiempos, le dedicó una importante cobertura al traslado viaje presidencial al sur. La nota sobresaliente del viaje anfibio –escribió un ignoto periodista de ese medio- la constituyó la presencia de 50 pesquisas que, escalonados a lo largo del convoy presidencial no dejaron de anotar en sus carnets toda palabra que remotamente pudiera herir la susceptbilidad del augusto viajero”.

“A más de los 50 ‘pescaos’, el comisario Vieyra Latorre, encargado de la intangibilidad del presidente, reforzó las líneas defensivas con 25 chafes de particular”, añadió el periodista, y cabe agregar hoy que la cuestión de la seguridad del presidente Figueroa Alcorta era un problema de Estado ante la creciente ola de atentados de sectores radicalizados del campo popular, como lo eran los anarcosindicalistas. Por esa misma razón en las semanas previas al 25 de mayo se realizaron, en Buenos Aires, “razzias” y detenciones masivas de personas de “conducta sospechosa”. Aquí en Río Negro no se detectaron sujetos que pudieran poner en peligro la integridad del ilustre visitante.

Fuente: APP

No hay comentarios: