Tras
eliminar el logo de Ferrocarriles Argentinos y volver a las insulsas
denominaciones de las empresas ferroviarias establecidas en 2008, el
gobierno ahora resucita la marca "Trenes Argentinos", que había sido
creada en 2014 cuando aún no se había sancionado la ley 27.132. La
confusión es total.En abril de 2015 el Congreso aprobó, con el apoyo del
Frente para la Victoria, la UCR, el PRO, el Frente Renovador y otros
bloques menores –un consenso prácticamente unánime–, la recreación de la
empresa Ferrocarriles Argentinos como responsable de la política
ferroviaria nacional y coordinadora de las empresas ferroviarias
nacionales preexistentes, que pasaron a ser sus filiales. De esa manera
la SOFSE y ADIF, organismos creados por una reforma de la época de
Ricardo Jaime, se convertirían en sus divisiones de Operación y de
Infraestructura, mientras que la sociedad Belgrano Cargas y Logística
sería la división respectiva.En rigor, las empresas ferroviarias del
Estado ya usaban una marca unificada desde 2014, “Trenes Argentinos”.
Con la sanción de la ley de Ferrocarriles Argentinos, a través de la
cual el Estado reasumió la administración de toda la infraestructura y
la potestad sobre la operación ferroviaria, aquel nombre de fantasía
comenzó a ser reemplazado por el histórico logotipo de la empresa en el
material rodante, marquesinas, folletería y otras aplicaciones.A poco
tiempo de asumido el gobierno de Mauricio Macri, sin mediar un anuncio
formal ni que trascendieran mayores razones, el nombre Ferrocarriles
Argentinos desapareció paulatina pero sistemáticamente de todos lados
donde había comenzado a ser repuesto. Es cierto que el PRO había
presionado con éxito para ampliar el horizonte de participación privada
en el nuevo esquema sancionado en 2015, pero con todo sus diputados y
senadores habían respaldado la recuperación de la empresa ferroviaria de
bandera. La UCR y la Coalición Cívica apoyaron el proyecto desde que
fuera anunciado por la ex Presidenta en su discurso de apertura de
sesiones.La decisión parecía clara en cuanto a borrar el logo de
Ferrocarriles Argentinos, pero no en cuanto a qué debía reemplazarlo.
Las empresas controladas volvieron a utilizar sus denominaciones
formales sin ninguna clase de logotipo ni identidad visual destacable.
De un día para otro, Ferrocarriles Argentinos Operadora (ex SOFSE) pasó a
ser la “Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado” (¿OFSE?),
Ferrocarriles Argentinos Infraestructura volvió a ser la “Administración
de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado” –nombre calcado
de su homóloga española– y Ferrocarriles Argentinos Cargas y Logística
recuperó el confuso “Belgrano” y hasta el tipo social de Sociedad
Anónima en el nombre. Los comunicados oficiales empezaron a presentarlas
como dependencias de Transporte, omitiendo su pertenencia al grupo
Ferrocarriles Argentinos.El gobierno decidió eliminar el uso del logo y
del nombre de Ferrocarriles Argentinos, volviendo a llamar a las
empresas ferroviarias por su nombre formal (ADIF, OFSE, BCyL). Sin
embargo, en las últimas semanas resucitó la marca Trenes Argentinos, un
nombre de fantasía creado en 2014 cuando aún no existía Ferrocarriles
Argentinos, que había caído en desuso por carecer de todo sentido.
Llamativa reticencia a llamar a la empresa ferroviaria nacional por su
nombre.Tiempo después la gestión de Marcelo Orfila, presidente del
directorio de la Operadora Ferroviaria y de Ferrocarriles Argentinos
–que sigue existiendo como controladora del sistema ferroviario
nacional, al menos a nivel formal, en razón de la ley que la creó–,
pareció dar un nuevo paso en el desmembramiento de la identidad de la
empresa. En las líneas metropolitanas del Gran Buenos Aires se abandonó
incluso el nombre de la Operadora Ferroviaria para pasar a denominar a
los distintos servicios exclusivamente por los nombres de sus líneas
(Línea Mitre, Línea Roca). Esto ocurrió en paralelo a la iniciativa de
transferir distintos servicios metropolitanos y regionales en el
interior del país a provincias y municipios, proceso calcado del que
llevó al desmembramiento y privatización de la antigua Ferrocarriles
Argentinos en la década de 1990. De hecho, en el Chaco el nombre
“Regionales Chaco” reemplazó al de la empresa nacional en medio del
intento del gobierno nacional por devolver los servicios a la
provincia.En las últimas semanas la crisis de identidad de las empresas
ferroviarias dio un nuevo giro: Belgrano Cargas y Logística comunicó que
ahora se denominará “Trenes Argentinos Cargas” –sin la logística– y en
algunos horarios, como el actualizado del Tren de la Costa, apareció
también la leyenda “Trenes Argentinos”. En un constante ir y venir,
reaparece la denominación que había utilizado en un primer momento la
gestión de Florencio Randazzo, y que perdió todo sentido luego de que se
debatiera y aprobara la recreación de Ferrocarriles Argentinos.Entre
tanto, ni las autoridades de Transporte ni de Ferrocarriles
Argentinos/SOFSE/OFSE/Trenes Argentinos han dado hasta el momento una
explicación o una presentación sobre los sucesivos nombres de fantasía y
el notorio abandono de la denominación que, una vez recuperada por ley
del Congreso, parecía consolidarse definitivamente como símbolo del
proceso de recuperación ferroviaria. Salvo que fuera, precisamente, por
eso.Pero Ferrocarriles Argentinos no era una marca de gestión, sino un
nombre con valor histórico y a la vez plena vigencia legal, con la
legitimidad que impone el amplio apoyo que cosechó el proyecto de ley
para su recuperación en ambas cámaras del Congreso. El ministro
Guillermo Dietrich hizo referencia en una entrevista reciente a que su
inspiración para los ferrocarriles será “el modelo alemán”. La ley
sancionada en 2015 menciona en sus considerandos al modelo francés, que
es el mismo. Es precisamente el de empresa ferroviaria dominante e
integrada, responsable de la infraestructura y prestadora de servicios,
en un sistema que no excluye la inversión y participación privada. Pero
la Deutsche Bahn no cambia de nombre todos los meses.
Fuente : En El Subte
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