Fuente : Host News
jueves, 8 de agosto de 2013
En Esquel “La Trochita” incrementó sus frecuencias
Debido
a la demanda de los turistas que esta temporada de invierno eligieron
Esquel como destino de vacaciones, el Viejo Expreso Patagónico, uno de
los paseos más tradicionales en la Comarca de los Alerces, incrementó
las frecuencias para que nadie se quedara afuera de esta experiencia
única. Durante la temporada alta de invierno, la pintoresca estación de
Esquel recibió 2119 turistas, divididos en 17 salidas. “La primera
semana la presencia mayoritaria fue de visitantes de distintas
localidades de Chubut, especialmente Comodoro Rivadavia, y cumplimos un
cronograma con salidas el sábado, el martes y el jueves. A partir del
día 13 de julio, ya con presencia de turistas de otras provincias, como
Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, multiplicamos las salidas: dos
excursiones diarias, a las 10 y a las 14 horas”, detalló Juan Ripa,
coordinador de La Trochita. Al dejar atrás la estación, el pintoresco
tren de trocha angosta cruza el arroyo Esquel y luego vira para avanzar
en forma paralela al cordón Esquel y a la ruta 259, con paisajes
panorámicos del valle que descansa a los pies del macizo de Nahuel Pan.
El recorrido continúa hasta cruzar la ruta 259 y luego la ruta nacional
40, atravesando la estepa y divisando aves acuáticas como flamencos,
patos y cauquenes. Mientras tanto, las salamandras crepitan y entibian
los vagones de madera y las canciones patagónicas que nacen de la
guitarra y la voz de Eduardo Paillacan, un músico de la región,
acompañan la travesía. Durante el viaje también es posible disfrutar de
las tartas caseras, el chocolate caliente y el aroma del café del Vagón
Bar, mientras se toman fotografías por las ventanillas. Poco tiempo
después, el tren arriba a la estación Nahuel Pan. Mientras la máquina
realiza sus maniobras para emprender el regreso, los viajeros pueden
recorrer la casa de las artesanas, conocer lo que ofrecen los
productores de la región y visitar el Museo de Culturas Originarias
Patagónicas. Una vez de regreso en Esquel, los viajeros coinciden en que
las dos horas y media del paseo valieron la pena. “Los visitantes
descienden maravillados porque es una experiencia única. Se trata de una
visita a un museo viviente porque se mantiene en su estado original y
hace varios años circula por estas mismas vías”, explica Ripa. Los
pasajes en el Viejo Expreso Patagónico salen, 120 pesos para residentes
nacionales mayores, 75 pesos para universitarios y jubilados, 50 para
niños de 6 a 12 años y menores de 5 años, sin costo. Seguros, al calor
del fuego y a pura diversión, el paseo en el Viejo Expreso Patagónico es
una oportunidad única de viajar con épica legendaria por el paisaje
imponente del sur.
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