La presidenta Cristina Kirchner definirá en los próximos días cuáles serán los aumentos de tarifas en colectivos y trenes para los usuarios que no utilicen la tarjeta SUBE, en el marco del severo ajuste de gastos lanzado por su administración. El gobierno adelantó que después del 10 de febrero quienes no tengan la ahora casi mágica tarjeta deberán abonar los boletos a tarifa plena. Si bien se especula con la posibilidad de extender un tiempo más el plazo de entrada en vigencia de esta medida de ajuste, la decisión de instrumentarla, más temprano o más tarde, está tomada, ante el crecimiento del déficit fiscal, que en el 2011 superó los 30.000 millones de pesos. Si bien inicialmente las personas que tengan la tarjeta del Sistema Único de Boleto Electrónico no deberán pagar más por el boleto de tren o colectivo, eso no será eterno. Es que una vez que se universalice la utilización de la SUBE, se cruzarán los datos con la información de la ANSeS y del Ministerio de Desarrollo Social para determinar a quiénes le corresponde mantener una tarifa subsidiada. Lo admitió el propio secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, sin profundizar mucho en el tema, porque los funcionarios tratan de hablar poco y nada por miedo a una reprimenda desde la Casa Rosada. Schiavi también dijo que se podría crear un boleto estudiantil, aplicar boletos diferenciados en función de los horarios o limitar la cantidad de viajes diarios con subsidios. Pero el funcionario evitó precisar cuánto costará el pasaje para las personas que no tengan el plástico. Sólo dijo que el ajuste no se incluirá todo de una vez, por lo que podría ser escalonado para atenuar el impacto del costo político, sobre todo en los sectores más pobres, principales votantes de Cristina. Si bien la información brilla por su ausencia, la estrategia del Gobierno sería subsidiar las tarifas de todos los pasajeros que tengan la tarjeta SUBE durante una primera etapa y después implementar un mecanismo que le permita identificar a los sectores más postergados. Quienes mantendrían el beneficio serían aquellos que perciben la Asignación Universal por Hijo, los jubilados y los que cobran pensiones no contributivas y planes sociales. También se implementaría un boleto estudiantil, se podría subsidiar determinada cantidad de viajes diarios o disponer que paguen una tarifa menor las personas que utilicen el tren o colectivo en horario laboral. Según las cifras de Transporte, el 70% de los pasajeros de colectivos y trenes son trabajadores, y el 12% estudiantes.
Fuente : Diario El Argentino
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