Buscan llegar a siete millones a fin de año. istribuir tres millones de unidades en un mes, casi el doble de las que circulan hoy. Ese es el objetivo básico fijado para masificar el uso de la tarjeta SUBE, que sirve como medio de pago para colectivos, trenes y subtes en la región metropolitana. Se trata de un paso indispensable que prevé la Casa Rosada para, después, en forma gradual ejecutar un nuevo cuadro de valores para los pasajeros según su poder adquisitivo. El operativo "universalización" quedó en manos de los intendentes que, a partir de esta semana, deberán señalar un puñado de puntos clave de cada jurisdicción para montar allí centros de distribución. Hasta ahora, se podían adquirir en delegaciones del Correo Argentino u OCA, designados para tal fin. El Gobierno pretende repartir antes de fin de año unos 3 millones de tarjetas, cifra que casi duplica las que están activas en la actualidad, según explicaron a La Nacion fuentes oficiales. Hoy alrededor del 35 por ciento del total de viajes se realizan con esa modalidad y la intención es expandir la herramienta lo más rápido posible. Para concretar un efecto de alto impacto, la Casa Rosada solicitó el respaldo de los jefes comunales. La Secretaría de Transporte, comandada por Juan Pablo Schiavi, dará capacitación inmediata al personal que se hará cargo de la atención al público en los flamantes locales. En tándem, comenzarán a rodar spots televisivos para promocionar la adquisición. En sintonía, ya hace dos semanas que se estableció mediante la resolución 881 que en aquellos micros, trenes o subtes donde no esté o no funcione la máquina lectora de las tarjetas los clientes podrán viajar gratis. Sólo con un piso mayor de tarjetas en la calle, el Gobierno podrá avanzar con una modificación escalonada de la tarifa, en principio, para colectivos cuyo boleto promedio hoy es de $ 1,20. El criterio que se establezca para cada perfil de usuario se aplicará en los plásticos vigentes ya que constan de código con los datos personales de los solicitantes. El Gobierno desliza que virará su política de subsidios: pretende que el aporte llegue directo al pasajero mediante un boleto diferenciado y no a las empresas. Hoy, el 70% de los ingresos de las compañías de transporte urbano provienen de recursos estatales. Con la utilización de la tarjeta SUBE, además, el Estado ya no se guiará por las declaraciones juradas de las firmas del sector sino que obtendrá, online , un escaneo preciso del flujo del tránsito y su comportamiento, lo que permitirá planificar medidas para mejorar el servicio..
Fuente : La Nacion
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