Guillermo Wheelwright moría un día como hoy. La Plaza de la Estación lleva su nombre debido a que en 1872 fue el responsable de la llegada del ferrocarril a estos pagos. Un día como hoy moría en Londres, Inglaterra, Guillermo Wheelwright. Participó en la construcción del Ferrocarril Central Argentino, línea Rosario-Córdoba, inaugurada el 17 de mayo de 1870, y en la del Ferrocarril Buenos Aires y Puerto de la Ensenada, inaugurada el 31 de diciembre de 1872. A este hombre se le debe la llegada del tren a Quilmes, medio que permitió el desarrollo y crecimiento de nuestro distrito por medio de la comunicación con otras ciudades. Había nacido en Newbury Port, a orillas del río Merrimack, Massachusetts, Estados Unidos, el 18 de marzo de 1798. Fue a lo largo de su vida un apasionado de los transportes y desarrolló obras trascendentales en Chile y Argentina. El gobierno de la provincia de Buenos Aires había garantizado en 1863 una concesión a este ingeniero estadounidense para una línea férrea que conectara La Boca, Barracas, Quilmes y Ensenada. Como los navíos debían descargar sus mercaderías y pasajeros a varios kilómetros de la costa de Buenos Aires, debido a la presencia de bancos de arena que impedía una mayor aproximación al puerto, esta línea férrea fue originalmente proyectada con el objetivo de sacar ventaja del puerto natural de Ensenada, pero los 45 kilómetros que comprendía su trazado no fueron terminados sino hasta diciembre de 1872. El primer tramo fue inaugurado en 1865 y partía de la estación Venezuela, ubicada en la intersección de la calle de ese nombre y Paseo Colón y llegaba hasta la estación Tres Esquinas en Barracas. La estación terminal se levantaba al final de la calle Venezuela, cuando aún no existía la avenida Paseo Colón, es decir con el río próximo a los andenes, lo que obligó a levantar las vías sobre un alto andamiaje de hierro y madera que bordeaba la Ciudad sobre las toscas del río. Desde el pueblo de Barracas, tras cruzar el Riachuelo se dirigía hacia la actual estación Pereyra, donde giraba a la izquierda para alcanzar nuevamente la costa a la altura de Punta Lara y desde allí hasta Ensenada. En este paraje se proyectaba entonces el gran puerto de aguas profundas que requería Buenos Aires y su factibilidad determinó la construcción de este ferrocarril que, al no concretarse, perdió su razón de ser. En abril de 1872 se inauguró el tramo siguiente Barracas a Quilmes y en diciembre de ese mismo año el trayecto final Quilmes a Ensenada, logrando esta zona de quintas quedar conectada con los principales puntos de la región. Con su salud deteriorada por la edad, dejó Sudamérica con su iniciativa inconclusa a mediados de 1873, regresando a Londres a la casa familiar, donde falleció el 26 de septiembre de 1873. Sus restos fueron enterrados en su pueblo natal en Estados Unidos. Hoy, las quejas por el abandono. "Es la plaza del olvido y lo que uno primero ve al llegar a Quilmes". La afirmación realizada por una de las personas que habitualmente recorre el lugar parece no sorprender a nadie, menos aún a quienes observan esa instantánea todos los días. A los nuevos puestos que se instalaron sobre la plaza principal, se agregan, un sinnúmero de otros vendedores que se instalan allí para vender todo tipo de mercadería. Desde verduras, ropas, herramientas y choripanes. Allí conviven todos en la plaza principal de la ciudad, desde aquellos que venden indumentaria, hasta quienes ofrecen todo tipo de comidas, lugares que al mediodía se muestran repletos de comensales. Sin embargo, una de las preocupaciones mayores son los lugares en donde se instalan estos puestos. Sin embargo, la entrada a la ciudad hoy está lejos de parecerse, seguro, a la que imaginaron quienes pensaron en una ciudad pujante y bella, es que ésta se encuentra rodeada de numerosos vendedores que ocupan sin controles espacios destinados a otros fines. El reclamo de la gente es que todo se ordene. Si bien todos coinciden en que la gente necesita trabajar, todos señalan que falta ordenar la zona para no entorpecer el paso y la actividad de quienes se encuentran y transitan todos los días por la plaza e inmediaciones de la estación de Quilmes.
Fuente : El sol de Quilmes
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