domingo, 11 de abril de 2010

Muere una persona por día en accidentes ferroviarios


Primero se encienden las luces rojas y, un par de segundos después, las barreras empiezan a bajar. Los autos que están más cerca aceleran para pasar antes de que se cierren del todo. Les toma varios segundos más atravesar las diferentes vías del ferrocarril Sarmiento, a la altura de la calle García Lorca, en Caballito. Y lo hacen ya con las barreras totalmente bajas. Un error de cálculo puede ser fatal. El tren hacia Once pasa a toda velocidad y frenarlo tomaría al menos 600 metros. Esta situación se repite en los 98 pasos a nivel que quedan en la Ciudad. No siempre con igual suerte. El viernes, en el cruce de Donato Alvarez, un automovilista murió al ser arrollado por el tren. Y hace una semana, una ambulancia del SAME no alcanzó a cruzar las vías del Belgrano Sur, en Nueva Pompeya, y hubo dos muertos.

En el área metropolitana, muere una persona por día en accidentes ferroviarios. El 84,5% son personas arrolladas, la mitad de los cuales ocurren en pasos a nivel. Así lo reflejan las estadísticas de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), suministradas por la Secretaría de Transporte de la Nación. También revelan otro dato. No todos son casos de imprudencia: el 70% de los muertos son suicidas.

"A partir de los 90 por la crisis social se incrementaron los suicidios -afirma Horacio Caminos, secretario de prensa de La Fraternidad, el sindicato que nuclea a los maquinistas-. También hay problemas de inconducta social, porque la gente cruza con las barreras bajas. Los accidentes son habituales. Después de 30 años de servicios, un maquinista se jubila con un promedio de 30 muertes y hay compañeros que cargan 45 o más. Eso genera stress postraumático y nosotros conseguimos que se lo reconociera como una enfermedad laboral".

Según la CNRT, el 8,3% de los muertos se registran en colisiones con vehículos. El paso a nivel más peligroso de Capital es el de la calle Nogoyá, sobre la traza del ferrocarril San Martín, en el barrio de Villa del Parque. En ese lugar ocurren al menos dos colisiones por año.

Sólo en la línea Sarmiento, en lo que va del año hubo 10 accidentes con vehículos. El último fue el viernes, en el cruce de Donato Alvarez, donde un auto fue arrollado por el tren y su conductor muerto. Mientras, en la línea Mitre hubo 2 accidentes. En TBA detallan que en todo 2009, en el Sarmiento hubo 51 accidentes con vehículos y en el Mitre, 30. Entre las dos líneas, el año pasado sumaron 8 muertos y 29 heridos en este tipo de siniestros. Por su parte, Metrovías informó que en la línea Urquiza en 2009 hubo 5 accidentes con autos y otros 4 roces.

El gran problema son las barreras, porque son muy fáciles de eludir y la gente no las respeta para evitar demoras. Las del Sarmiento están bajas el 63% del tiempo. Así lo comprobó Clarín en el cruce de la calle García Lorca, a metros de la estación Caballito, donde en un lapso de 38 minutos, el paso estuvo cerrado durante 24. La barrera baja cada uno o dos minutos y permanece cerrada durante otros tres o cuatro. Los automovilistas aceleran en cuanto empiezan a bajar para pasarlas. Los ciclistas y los motociclistas, las cruzan igual después de una rápida mirada para verificar que no venga el tren. Lo mismo hacen muchos peatones, que pasan ya sin prestarles atención. Son decenas y decenas de personas y, a veces, el tren pasa instantes después de que llegaron a cruzar la vía.

El riesgo es enorme, porque a veces los trenes pasan en ambas direcciones. El maquinista no tiene posibilidad de evitar arrollar a alguien o un choque. Y para frenar un tren que avanza a 60 kilómetros por hora, hacen falta alrededor de 600 metros.

En el cruce de Diógenes Taborda del Belgrano Sur, donde hace una semana fue arrollada la ambulancia, no hay tanto tránsito de personas. Y, tal vez por miedo, los automovilistas ahora paran cuando baja la barrera, que después del accidente fue alargada toscamente con pedazos de madera para que no queden resquicios para pasar. Sólo algún ciclista se atreve a cruzarla cuando está baja, algo que en los horarios en que funciona el tren sucede durante el 48% del tiempo. Así, en el transcurso de 38 minutos está cerrada durante 18 minutos y medio. Aunque por la noche, la situación puede complicarse.

"Después de algunos minutos de la medianoche, el tren deja de pasar -cuenta Facundo Coto, un vecino que vive a metros del cruce-. Pero muchas veces la alarma suena y la barrera baja igual. La cierran a propósito, poniendo unas chapas en los sensores de la vía, para robar a los automovilistas que paran. Por eso mucha gente no se detiene".

Desde La Fraternidad insisten en que la solución para la mayoría de estos problemas es construir puentes y túneles. Pero los planes oficiales vienen demorados (ver Hay proyectos para hacer ...). Mientras, las vías de los ferrocarriles continúan fracturando a la Ciudad y ocasionando pérdidas de tiempo y, sobre todo, de vidas humanas.

Informacion : Clarin

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