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viernes, 5 de febrero de 2010

El SUBE cumple un año de promesas

Tras varias contramarchas y licitaciones cuestionadas, el sistema de boleto electrónico sirve para la red Monedero del grupo Roggio (el subte y el ferrocarril Urquiza) y en seis líneas de colectivos. Funcionaría a pleno a partir de 2011. El Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) cumple hoy un año. El 4 de febrero de 2009, Cristina Fernández de Kirchner lo presentó en sociedad en la Quinta de Olivos. Ante 200 empresarios y funcionarios públicos, la Presidenta prometió entonces que en 90 días (el 5 de mayo del año pasado) cinco millones de pasajeros iban a poder usar una tarjeta magnética para viajar en subte, en las 340 líneas de colectivos que recorren Capital y en los siete trenes metropolitanos. A doce meses del anuncio, el servicio sólo está disponible en el subterráneo, en los ferrocarriles Urquiza y Belgrano Norte, y en seis líneas de ómnibus. Según fuentes de la Secretaría de Transporte, en abril próximo se sumarán a la red SUBE dos mil móviles más que pertenecen a 15 empresas de colectivos. Y recién en diciembre estarán instaladas 10 mil de las 17 mil máquinas lectoras en vehículos de 170 firmas de ómnibus del sistema. El SUBE comenzó a funcionar parcialmente en junio, una semana antes de las elecciones legislativas. El Gobierno usó el lanzamiento del tan esperado boleto electrónico para sumar puntos a la campaña de Néstor Kirchner. Entre junio y diciembre la Secretaría de Transporte repartió 700 mil plásticos inteligentes de los 5 millones que le compró a la alemana G&D. En el Gobierno culparon de las demoras a las cámaras que representan a los autotransportistas de pasajeros y a los concesionarios ferroviarios. Según el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, los empresarios del sector pelearon por tener el control directo de la recaudación diaria de los boletos y entorpecieron la implementación del sistema. Finalmente, la discusión se resolvió en diciembre y las firmas de ómnibus aceptaron que Nación Servicios empezara a instalar máquinas validadoras en 1.360 colectivos de 15 compañías privadas. Hace dos semanas, la ex presidente del Banco Nación y Schiavi anunciaron que los vehículos de las líneas están en fase de instalación. “En dos meses se sumarán a los móviles que ya tienen en uso lectoras de tarjetas magnéticas, colectivos de las líneas 6, 12, 23, 28, 39, 57, 86, 88, 102, 129, 159, 151, 168, 194 y 195”, se informó mediante un comunicado oficial. A partir de ahora y hasta fin de año, el plan de Schiavi para descongelar el SUBE consiste en instalar cerca de dos mil equipos por mes en los 319 ómnibus restantes de los mil ramales que circulan en el área metropolitana. Una vez que se termine de equipar a los colectivos con 10 mil máquinas lectoras, se pasará a la segunda etapa: montar otras 7.500 validadoras en las estaciones de siete ferrocarriles. El Gobierno corrigió varias veces los plazos de implementación que la Jefa de Estado le impuso al destituido secretario de Transporte Ricardo Jaime. Cuando se venció el primer plazo de tres meses, el ex funcionario aclaró que se trataba de días hábiles y extendió la fecha de vencimiento hasta fines de junio. El SUBE sólo funciona en el sistema privado de recarga Monedero, del Grupo Roggio (líneas de subte, ferrocarril Urquiza), en el Belgrano Norte y en los colectivos 5, 8, 20, 50, 61, 62 y 101. La recarga aún no está resuelta. En la Secretaría de Transporte trabajan a contrarreloj para terminar de implementar el sistema de recarga del SUBE que todavía no existe. Para instalar esos centros de carga, similares a los que tiene Monedero, el Gobierno está negociando con representantes de las cámaras de quioscos de diarios y golosinas. Si los comerciantes aceptan las condiciones los usuarios podrán recargar sus tarjetas en más de 5 mil puntos.



Fuente: Criticadigital

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