La idea comenzó en Rosario, pero terminó por concretarse en los talleres de 3 y 526.En los talleres ferroviarios de Tolosa, hoy en desuso, funcionó una fábrica de locomotoras que tuvo como mentor y protagonista al ingeniero Livio Porta. Jorge Bifaretti, uno de los últimos empleados de esa compañía, recuerda esos tiempos de gloria del ferrocaril local y rescata lo realizado en los talleres de 3 y 526, cuando la localidad funcionaba al ritmo de lo que ocurría en los rieles.
Foto: Carlos Sisto, Galeria Haciendovia
Según cuentan en Tolosa, a fines de la década de los años 40, en el auge de la privatización de los ferrocarriles, un grupo de destacados profesionales, técnicos y obreros especializados comenzaron a gestar la construcción de la primera locomotora a vapor argentina."El grupo estaba dirigido por el ingeniero Porta y el lugar donde comenzaron las tareas fue Rosario, en la provincia de Santa Fe. Promediando los años 50, las tareas siguieron en los talleres de 56 y 137 y terminó por ser fabricada en los talleres de Tolosa. La máquina estaba dotada con elementos técnicos de avanzada, su puesta en marcha originó una revolución en el mundo ferroviario. El emprendimiento dio lugar a la creación de una fábrica de locomotoras en los talleres de 3 y 526, en Tolosa", cuenta Bifaretti.A la fábrica se le asignaron tres grandes galpones semi destruidos. El primero de ellos estaba en 3 y 526, destinado a la planta técnica y administrativa, otro lindero a la escuela Vucetich y el tercero en la Estación Tolosa, lo que se constituyó en almacenes. "El ingreso a las dependencias era por 1 y 528 y por 3 y 526. Se construyó una sala de maquinado, incorporándose equipos de última generación de la época, importados de países europeos", cuenta el vecino."Allí comenzaron a diseñarse los planos para la construcción de las locomotoras.
Mientras tanto, la actividad principal consistió en adaptar o remodelar el sistema de tiraje de las locomotoras del Roca, fundamentalmente en la línea 34. Esto consistía en aplicar un invento diseñado por el ingeniero Porta, que posibilitaba la utilización del carbón de Río Turbio con enormes economías. Muchos estudiantes de la época hicieron sus primeras armas en esta organización y aprendieron tareas relacionadas con contabilidad, costos, inventario, tesorería que le sirvieron luego para su gestión profesional", agrega Bifaretti.Además de encargarse de las locomotoras, "se elaboraban repuestos para las máquinas del ramal Roca, fundamentalmente chimeneas, y se hacía la reparación integral de las locomotoras que quedaban fuera de servicio. La parte técnica tuvo un importante número de ingenieros, técnicos mecánicos y prácticos en materia ferroviaria con un destacado nivel técnico profesional".
150 PERSONAS
La empresa llegó a contar con más de 150 personas, viviendo la mayoría en Tolosa y Ringuelet y el punto de encuentro para almorzar fue la famosa esquina sin ochava de 1 y 528.Ahora Bifaretti destaca que "sería un emprendimiento loable rescatar la primera locomotora argentina, cuya última morada fueron las vías muertas del ferrocarril Belgrano, en la zona de las calles 13, 14, 71 y 72".De aquella época de oro de los talleres de Tolosa hay documentación, fotos y elementos, que serán aportados al museo ferroviario del Ferroclub de la localidad y también para contribuir a la historia de la localidad.La fábrica terminó de funcionar en "1958, cuando la intervención del gobierno de la época desmanteló las instalaciones y distribuyó su contenido a talleres ferroviarios y destinos inciertos", cuenta Bifaretti.Ricardo Campbell, presidente del Ferroclub Argentino, rescató la figura de Porta y recuerda que "en el año 50, se produjo el enlace con su compañera de toda la vida, Ana María Bosco.
El ingeniero Porta se instaló junto a su familia en Tolosa, para construir máquinas y aún hoy sobrevive el tercer riel dentro de la llamada Fábrica de locomotoras, en el edificio que ocupa el ferroclub (ver aparte), donde nació la máquina cuatro cilindros Presidente Perón, que luego fue rebautizada como 'La Argentina'. Su entusiasmo lo llevó a conseguir un contrato con el gobierno nacional del momento que llegó a cumplirse entre el año 1952 y 1957 para modificar y repotenciar otras 100 locomotoras en Tolosa".
Fuente: El Dia
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