El secretario de Transporte era un símbolo del kirchnerismo y centro de los cuestionamientos de la oposición. Será reemplazado por un hombre de De Vido, Juan Pablo Schiavi. Por ahora, el secretario de Comercio seguirá en su cargo.A dos días de anunciar que no veía razones para hacer cambios en el Gabinete a raíz de la derrota electoral del domingo, Cristina Kirchner aceptó ayer la renuncia presentada por el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, uno de los funcionarios más cuestionados del Gobierno y símbolo del kirchnerismo.
En una jornada plagada de versiones sobre otros cambios en el Gobierno, el alejamiento de Jaime fue confirmado anoche a Clarín por altas fuentes de la Casa Rosada. Horas antes, el funcionario había admitido a la agencia oficial Telam que había presentado su "renuncia indeclinable" a la Presidenta por "razones personales".
En lugar de Jaime, Cristina designó al ex macrista Juan Pablo Schiavi, quien hasta ayer estaba al frente de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), en la órbita del Ministerio de Planificación. Schiavi fue jefe de la campaña de Mauricio Macri en las elecciones para la jefatura de gobierno porteño de 2003, y luego ministro de Obras Públicas de la Ciudad en la gestión de Jorge Telerman. En ese cargo trabó buena relación con el ministro Julio de Vido, que lo llevó a la Nación.
La otra fuerte versión de una jornada de mucho nerviosismo en los despachos oficiales aseguraba que renunciaría el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Pero fuentes inobjetables de la Casa de Gobierno reprocharon que hubo muchas "operaciones" y aseguraron que Moreno "sigue en el cargo". Sin embargo, no se pronunciaron sobre lo que pasará en el futuro inmediato con el secretario de Comercio y con algunos ministros cuya salida, se dice, se produciría en los próximos días.
Jaime no era un secretario más sino una pieza clave del kirchnerismo: manejaba 500 millones de peses mensuales en subsidios a colectivos, trenes y subtes. Jaime es amigo de Néstor Kirchner, a quien acompañaba en cargos ejecutivos desde hacía dos décadas, cuando el ex presidente gobernaba Santa Cruz. En el elenco gubernamental ostentaba además el récord de causas penales, con 16 denuncias.
Si bien la versión de la renuncia de Jaime empezó a circular por la mañana, toda la agitación en la Casa Rosada se concentró en la tarde, en simultáneo con la asunción de Juan Luis Manzur como ministro de Salud, ocupando el lugar dejado vacante por Graciela Ocaña.
Manzur juró ante la Presidenta en un acto en el Salón Blanco, en presencia de miembros del Gabinete y de una decena de gobernadores. Al término, poco después de las seis y cuarto, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, había asegurado a la prensa que "no había nada" sobre las renuncias de Jaime y de Moreno. Los comentarios sobre renuncias fueron la comidilla de los gobernadores llegados para la ceremonia.
Pese a la sola confirmación de la salida del primero, otras fuentes oficiales dijeron a Clarín que se avecinan otros cambios profundos. Afirmaron que el jefe de Gabinete, Sergio Massa, podría dejar el Gobierno dentro de algunos días para volver a la intendencia de Tigre. Junto con Massa se iría el ministro de Economía, Carlos Fernández. Y mencionaron también la probable incorporación del diputado kirchnerista Edgardo Depetri a un cargo en el Ministerio de Planificación.
Todas estas movidas están siendo pergeñadas por Kirchner con el objetivo de delinear un esquema de gobierno que oxigene la gestión de su esposa y garantice la gobernabilidad hasta 2011.
Según las fuentes, Moreno se iría del Gobierno también en unos días. En los pases de factura internos por lo sucedido el domingo, entre los que empujan su salida se contaría De Vido, quien le habría pedido a Cristina que considere apurar su reemplazo. Moreno se dejó ver ayer en la asunción de Manzur y luego fue recibido por la Presidenta.
Cristina mantuvo hasta la noche una seguidilla de reuniones: desfilaron por su despacho los ministros de Trabajo, Carlos Tomada; de la Producción, Débora Giorgi; el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray; la presidenta del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont, y el director ejecutivo de la ANSeS, Amado Boudou. Los nombres de estos tres últimos suenan hace tiempo para ocupar ministerios que quedarían vacantes.
Fuente: Clarin
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